Dios mío,
oye mis gritos,
escucha mi oración.
¡Ya no aguanto más!
Por eso te llamo
desde el último rincón del mundo.
Ponme sobre una gran piedra,
donde quede a salvo del peligro.
¡Tú eres mi protector!...
oye mis gritos,
escucha mi oración.
¡Ya no aguanto más!
Por eso te llamo
desde el último rincón del mundo.
Ponme sobre una gran piedra,
donde quede a salvo del peligro.
¡Tú eres mi protector!...
Salmo 61.1-3 BLS
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